miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL TEMPLO MAISON CARRÉE

EL TEMPLO MAISON CARRÉE DE NÎMES

El templo de la Maison  Carrée de Nimes es una construcción romana emplazada en el mismo centro del  foro de esta ciudad francesa, que se sitúa en el sudeste de Francia. Esta ciudad también acogió a otros monumentos históricos romanos, como el anfiteatro de Les Arènes.
Se construyó en la segunda mitad del siglo I a. C,  probablemente en el año 16 a. C y fue patrocinado por Agripa en honor a su suegro, el emperador Augusto,  a su esposa y a sus hijos Cayo y Lucio, a quienes hizo dedicatoria en el templo que fue removida en la Edad Media pero reconstruida tiempo después y en  la actualidad se puede leer de nuevo.
El arte romano se desarrolló entre el siglo III a. C y el V d. C, influenciado por el arte etrusco y el griego. Su marco geográfico fue muy extenso, abarcando los territorios del Mediterráneo y las actuales Francia e Inglaterra. Existió una notable diferencia entre la parte Oriental, más rica y  desarrollada y la Occidental, en la que hubo que construir ciudades e infraestructuras.
La época en la que se construyó este templo  fue el periodo Imperial, que se extiende del año 27 a. C (cuando Augusto se coronó como  primer Emperador), al  476 d. C, en el que se llevó a cabo la romanización y organización del territorio de las Galias, entre otros.
Hay que encuadrar el edificio dentro de la arquitectura religiosa, pues responde al esquema habitual de griegos y romanos. Estos pueblos eran politeístas y consagraban a sus dioses lugares sagrados. Eran construidos para albergar la imagen  de la deidad y las ofrendas.
Este edificio que ha resistido de manera admirable el paso del tiempo formó parte, hasta el siglo XIX, de un gran complejo de edificios que fueron demolidos y ha sido empleado con diferentes fines (sede del ayuntamiento, mansión particular, iglesia católica, sala de reuniones, almacén y tienda, museo local y actualmente sala de exposiciones). Este uso continuado es el que ha permitido que siga en pie y no sea una ruina.
Este templo de dimensiones medianas (26 x 15) fue construido en mármol, pero lamentablemente no ha quedado ningún rastro de la decoración de los dos frontones del templo. Al igual que otras obras de siglos anteriores, estaba policromado con vivos colores que ahora ya han desaparecido.
Todo el templo se eleva sobre un gran podio  de paredes verticales y de unos tres metros de alto, que ha sustituido al estilóbato característico del templo griego, y la única escalera de acceso está en la fachada principal.
A pesar de llamarse Maison  Carrée (casa cuadrada) posee una planta rectangular, formada por un pórtico que da paso a la naos, también llamada cella o capilla, en la que originalmente estaba el altar del templo y que en la actualidad acoge exposiciones temporales.  La cella es un espacio único sin compartimentación en naves, es decir, no hay opistodomos ni pronaos, aunque originalmente contaba con una pronaos que fue restaurada a principios del siglo XIX. El pórtico actual fue realizado en 1824.
Se trata de un edificio hexástilo, pues tiene seis columnas en el frente menor, próstilo (presenta una hilera de columnas sólo en su fachada anterior) y pseudoperíptero,  tiene columnas en el pórtico delantero, pero sus columnas de los laterales están encastradas  en los muros del edificio (cuatro exentas y 20 adosadas).
Por su decoración, es de orden corintio, con fuste acanalado, hojas de acanto y ornamentos florales en el capitel.
Posee un entablamento liso sin decorar y remata en un frontón con cubierta a dos aguas.
A pesar de que no se conserva la decoración del frontón, si se conserva en excelente estado la decoración de carácter vegetal que embellecía el edificio. No sólo las hojas de acanto de los capiteles corintios, sino también los elementos de tipo floral que se encuentran en el friso, en la parte inferior de la cornisa y en los casetones del pórtico.
Esta obra guarda paralelismos con otra que se estaba colocando por la misma época en el Ara Pacis de Roma, en cuanto a la decoración.
La Maison  Carrée inspiró la Iglesia neoclásica de la Madeleine en París y State Capitol de Virginia (EEUU) diseñado por Thomas Jefferson.
De la tradición etrusca, este templo tomará el basamento sobre el que se eleva (podio), la amplia escalinata frontal y la desaparición del opistodomos.
De la arquitectura griega adopta la forma rectangular de su planta, la utilización de los órdenes clásicos  y el cierre perimetral de la cella, lo que explica que adopte esta estructura  pseudoperíptera en lugar de las perípteras más habituales en el arte griego.
A ello habría que añadir los ideales de armonía y proporción constructiva características también de la arquitectura griega, así como la misma utilización de reajustes ópticos en los elementos arquitrabados que ya habían prodigado los griegos, y la solución ornamental de fachadas. Así pues, todo ello contribuye a que la construcción transmita una impresión de sobriedad, armonía y monumentalidad.
Para concluir, la romanización que afectó al territorio de las Galias fue llevada a cabo militarmente por los ejércitos romanos. Hay que destacar la labor de estos en el proceso de expansión del Imperio Romano: “Entretanto nuestros soldados sostuvieron el ataque de los enemigos y lucharon muy valerosamente más allá de cuatro horas y, recibidas pocas heridas, muchos de ellos murieron. Pero, después que nuestra caballería estuvo a la vista, los enemigos, arrojadas las armas, huyeron y un gran número de ellos murió” César, Guerra de las Galias IV 37, 3.

Este proceso permitió la creación de obras como la que presentamos aquí, que además de conservar estructuras y elementos propios del arte griego y etrusco, introduce también innovaciones propiamente romanas.





                                                Anfiteatro de Les Arènes en Nîmes










                                                                  Iglesia de la Madeleine en París

                          State Capitol de Virginia








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