miércoles, 11 de diciembre de 2013

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

La Catedral de Santiago de Compostela es la obra más representativa del estilo románico en España. Su origen se remonta incluso al sigo I y por entonces, era un pequeño mausoleo romano donde se dio sepultura a los restos del Apóstol Santiago tras su decapitación en Palestina. Durante muchos siglos, la cámara subterránea fue visitada por una pequeña comunidad cristiana local.
Fue en el siglo IX cuando se descubrieron las reliquias del Apóstol y se decidió levantar una primera capilla de piedra y barro junto al antiguo mausoleo. Además, alrededor de esta capilla se comenzó a instalar población para la protección de las reliquias, iniciándose así la formación de la ciudad de Santiago de Compostela. La iglesia pronto se quedó pequeña, por lo que a finales del siglo IX se levantó otra más rica y suntuosa. Aun así, según las crónicas árabes, el templo fue destruido a finales del siglo X por el ataque de Almanzor, y reconstruido en el año 1002 con un estilo prerrománico.
Esta iglesia que ya había vuelto a ser consagrada, se convirtió en el gran centro de peregrinación debido al proyecto que Diego Peláez decidió llevar a cabo en el año 1070,  cuando fue nombrado obispo de Compostela por Sancho II. La construcción se inició en el año 1075 y continuó ininterrumpidamente hasta 1088 bajo la dirección de Bernardo y Roberto y la participación del Maestro Esteban.
Las diferencias entre Diego Peláez y el rey hicieron que se paralizara la construcción de la Catedral hasta 1093, que se reanudó bajo el gobierno de Diego Gelmírez, nombrado obispo de Compostela. Así, puede afirmarse que el siglo XII fue el siglo de máximo esplendor de la historia compostelana gracias a este obispo que  diseñó una gran catedral de peregrinación siguiendo el estilo que se extendía por el Camino de Santiago.
En 1103, la iglesia estaba construida hasta el transepto y en 1122 casi terminada. Con el tiempo se fueron añadiendo a la planta románica elementos góticos, renacentistas y especialmente barrocos. Los elementos barrocos se observan en el altar mayor y en la cúpula, que fueron transformados, y asimismo en las fachadas y en la Torre del Reloj.

Con más de dos mil años de historia, el templo ha sido escenario de toda clase de episodios, desde la coronación de reyes hasta del acuartelamiento de los soldados franceses durante la Guerra de la Independencia. Hoy en día constituye el final del Camino de Peregrinación y el lugar en el cual se encuentran las reliquias del apóstol Santiago que es el patrón de España, y fue el primer apóstol mártir que viajó desde Jerusalén hasta Cádiz. Predicó en Zaragoza y en Granada, donde fue prisionero. Cuando estaba encarcelado llamó a la Virgen María para que le ayudara, la cual vivía todavía en Jerusalén, y, ésta lo liberó pidiéndole que se trasladara a Galicia a seguir predicando.    

En cuanto a los aspectos técnicos, ya sabemos que la Catedral de Santiago es románica, y está construida en piedra por lo que en ella podemos observar características de este estilo arquitectónico. Comenzando por los elementos constructivos, el espacio interior está formado por pilares compuestos, arcos de medio punto y arcos fajones.
Su planta, al estilo de las plantas románicas propias de las iglesias de peregrinación, imita el modelo de planta iniciado en la Iglesia de Saint-Foy de Conques y es de cruz latina, por lo que presenta dos naves principales: la longitudinal y el crucero.
La nave longitudinal está constituida por tres largas naves divididas en diez tramos. Ésta alcanza una anchura de 12’10 metros y una longitud de 94 metros. La altura máxima de las naves es de 20 metros y 32 en la cúpula.

El crucero, mucho mayor de lo habitual, alcanza los 63 metros de longitud y está formado por una nave central y dos laterales. Se divide en diez tramos.

En cuanto a la cubierta de la Catedral, la nave central, tanto del crucero como de la nave longitudinal, se cubre por bóvedas de cañón, que consisten en la prolongación de arcos fajones que se apoyan en los contrafuertes y en los pilares. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de crucería, es decir, por el cruce de bóvedas de cañón.

El alzado de la Catedral está formado por dos niveles: las arcadas y la tribuna. Las arcadas están formadas por pilares rodeados con columnas adosadas en todas sus caras. Mientras, la tribuna que recorre las naves laterales, contiene vanos que reciben la luz directamente del exterior y la transmiten a la nave central. Servía para ampliar el número de fieles que se podían acoger, además de para poder admirar desde allí la belleza del templo.

En cuanto a la cabecera, contiene una girola o deambulatorio que rodea el altar mayor, con la finalidad de facilitar el acceso de fieles y peregrinos tanto a las cinco capillas radiales que contiene, como a las reliquias que se conservan en el mausoleo subterráneo.

Así, las naves laterales junto con la tribuna, el transepto y el deambulatorio permitían recorrer todo el templo sin interferir la celebración del oficio.

Muchas de las capillas existentes en la Catedral no pertenecen a la planta románica. Algunas son de estilo neoclásico, otras contienen elementos barrocos, góticos, renacentistas…

Aunque el interior de la Catedral ha sufrido reformas posteriores, conserva las características del estilo románico
Sin embargo el exterior ha variado por completo desde la época de Diego Gelmírez. Entre las reformas que se fueron realizando para mejorar su aspecto exterior destacan el cimborrio gótico, con el que se cubrió el crucero en el siglo XV, la transformación y construcción de nuevas capillas en el siglo XVI; el claustro, terminado en el siglo XVII; la fachada de la Azabachería; y la fachada Occidental puramente barroca. Actualmente contiene diez pórticos entre los que hay tres principales: el de Poniente, el de Mediodía y el Septentrional; y nueve torres.


Así, podemos concluir, que la Catedral de Santiago de Compostela es un edificio muy complejo debido a la cantidad de estilos arquitectónicos que concurren en ella. Esto ocurrió en la gran mayoría de edificios románicos ya que fueron iniciados con este estilo, pero terminados en épocas totalmente diferentes.

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