lunes, 10 de febrero de 2014

El nacimiento de Venus

EL NACIMIENTO DE VENUS

En el siglo XV se desarrolla el periodo del Quattrocento dentro del movimiento cultural del Renacimiento al que pertenece esta obra.

El autor fue Alessandro di Mariano Filipepi, más conocido como Sandro Botticelli que nació el 1 de marzo de 1445 en Florencia.
Fue discípulo de Fra Filippo Lippi, trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, con el que aprendió el dominio de la línea. Consiguió tener su propio taller y la mayor parte de su vida estuvo trabajando  para las grandes familias florentinas, sobre todo para los Medici, a los que les pintó diferentes retratos, entre los que está el Retrato de Giuliano de Medici.
Botticelli recibió la influencia del neoplatonismo cristiano que intentaba conciliar las ideas cristianas con las clásicas. A partir de aquí realizó obras como El nacimiento de Venus o La Primavera.
También realizó obras de tema religioso como La Madonna del Magnificat
En 1481 Botticelli fue llamado por el Papa Sixto IV para pintar frescos en las paredes de la Capilla Sixtina como Las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.
En la década de 1490 Botticelli sufrió una crisis religiosa  influenciado por el monje dominico Girolamo Savonarola y finalmente falleció el 17 de mayo de 1510 en Florencia y fue enterrado en el sepulcro familiar de la Iglesia de Ognissanti.

El nacimiento de Venus es una obra realizada entre 1482 y 1484, fue un encargo de Pier Francesco Medici para su hija.
Está realizada en temple sobre lienzo y sus medidas son de 172,5 cm por 278,5 cm.

El tema que se representa es mitológico. Venus, diosa del amor, nació de los genitales del dios Urano que fueron cortados por su hijo Crono y que más tarde fueron arrojados al mar. Por eso el título de la obra no es exacto, ya que lo que se representa en esta obra es la llegada de Venus sobre una concha, símbolo de fertilidad, empujada por los vientos que producen los dioses alados Céfiro y Cloris a la isla de Citerea (actualmente conocida como Chipre).

En el centro de la imagen está la figura de Venus, completamente desnuda ya que acaba de nacer. Su rostro es el retrato de Simonetta Vespucci que fue musa y modelo de otros pintores, además Botticelli también lo utilizó en otras obras. Sus ojos son claros, no miran hacia ningún lugar en particular, y su boca está cerrada. Venus aparece ocultando con una mano un pecho y con su largo cabello su zona genital. Se le representa en un elegante contraposto; además el autor realizó su pose tras haber estudiado una escultura de la colección Medici. Su piel es de color marfil, casi blanco que recuerda al mármol.
Aunque es de gran belleza también hay que destacar el tamaño antinatural de su cuello, la gran caída de sus hombros y la manera extraña en la que le cae el brazo izquierdo.
A la izquierda se encuentran unidos en un abrazo Céfiro, el Viento del Oeste e hijo de la Aurora, y Cloris, ninfa de la brisa, la cual fue raptada por Céfiro del jardín de las Hespérides y se convirtió en su consorte. Como Botticelli quería diferenciar los dos tipos de vientos de distinta fuerza los pintó como un hombre y una mujer, el primero con una piel más oscura porque produce un viento más fuerte, que impulsa a Venus, levanta su pelo y el manto rojo, y tiene alas porque vive en el cielo, y Cloris tiene una piel más clara porque produce un aire más suave, y así parece más delicada y frágil.
Junto a ellos aparece una lluvia de rosas, las cuales según la mitología se crearon al mismo tiempo que Venus, y son símbolo de amor aunque sus espinas recuerdan que el amor puede ser doloroso.
Y al otro lado de Venus está la Hora Primavera que es una de las tradicionales compañeras de la diosa y está en posición de movimiento porque intenta cubrir a Venus con un manto rojo decorado con flores. La Hora viste una túnica blanca con flores en la que hay una gran delicadeza en el tratamiento de los pliegues. También lleva un cinturón de rosas en la cintura y una guirnalda de mirto. Entre sus pies florece una anémona que indica la llegada de la primavera.
En cuanto al paisaje se distinguen unas montañas lejanas, una serie de árboles en los que aparece el color dorado, el mar verdoso con olas en forma de V y un cielo azul.

Por otro lado está la composición que es triangular, pero Venus no está en el centro porque aparece desplazada por el viento. Además también se aprecian otras formas como un triángulo que forma la Hora, la forma curvilínea de la diosa, la forma casi circular de la concha y las diagonales que forman tanto Céfiro y Cloris como la Hora.

Hay un uso de la perspectiva que se aprecia fundamentalmente por la diferencia de tamaño entre los elementos del fondo y los del principio, como por ejemplo las olas en forma de V que al final apenas se ven y en la orilla son mucho más claras y cambian de forma, también las zonas de tierra van disminuyendo. Otros elementos que ayudan a dar profundidad son la línea del horizonte o el escorzo de los pies de Venus. Pero hay que destacar que a Botticelli no le importaban los efectos de perspectiva.
Y en el dibujo utiliza una línea negra para trazar los contornos.

Los colores utilizados se pueden clasificar por una parte en fríos, en los que destacan el azul del cielo que es primario y como secundario el verde del mar. Y por otra parte están los cálidos que contrastan con los anteriores, en este grupo está el rojo del manto que es primario, el naranja del pelo de Venus que es secundario y como terciario el marrón de la túnica de Cloris o del pelo de Céfiro.
En cuanto a la luz hay que destacar que no es igual en todas partes del cuadro, porque el fondo está iluminado alrededor de Venus y la parte derecha es más oscura.

Además de ser un tema mitológico también hay que destacar la exaltación del hombre, en este caso de la mujer y otro de sus significados consiste en la correspondencia entre el mito del nacimiento de Venus desde el agua del mar y la idea cristiana del nacimiento del alma desde el agua del bautismo.

Y finalmente hay que señalar que las fuentes literarias de Botticelli fueron Las metamorfosis de Ovidio y Poliziano donde se dice:

Por los céfiros lascivos empujada

veríais la diosa que del mar salía

exprimiendo cabellera remojada

mientras otra mano el pecho la cubría.

Esta obra actualmente está muy bien conservada y se encuentra en la Galería Uffizi en Florencia.








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