miércoles, 30 de abril de 2014

Los fusilamientos del 3 de mayo - GOYA

Los fusilamientos del 3 de mayo - GOYA

Francisco José de Goya y Lucientes nace en Fuendetodos (Zaragoza) el 30 de Marzo del año 1746, en el seno de una familia de posición social media. Su padre era un artesano y maestro dorador con cierta importancia en el pueblo y de él precisamente habría aprendido el oficio. Goya estudió en el Colegio de los Escolapios en Zaragoza y a la edad de 13 años, con una inclinación artística sumamente evidente ya, ingresó a la Academia de Dibujo de Zaragoza. Luego, continuaría su formación como pintor en Madrid, junto a Francisco Bayeu, de quien además se convertiría en cuñado cuando se casase con su hermana en el año 1775.
Goya tuvo como maestros verdaderos a Velázquez, Rembrandt y a la propia naturaleza. A lo largo de su extensa carrera, el pintor va a tocar todo tipos de temas utilizando técnicas diferentes. No tiene una clara evolución técnica pero si del color. Dentro de su obra podemos distinguir dos etapas y un epílogo.
La primera de ellas abarca de 1771 hasta 1807, es la época de juventud y madurez, la de los triunfos personales; en ella predomina una visión optimista de la vida  Uno de sus primeros trabajos, 63 cartones con diversas escenas cotidianas ideales, para la Real Fábrica de tapices, llegaría a instancias de Bayeu. A la par de este trabajo comenzó a retratar a personajes destacados de la escena política y social de su tiempo y a realizar obras religiosas que le reportarían un gran prestigio. En el año 1789 fue nombrado pintor de la corte de Carlos IV, siendo el retrato La familia de Carlos IVuna de las obras más importantes que realizó en su trabajo como pintor real.
También la aristocracia de su tiempo quiso ser retratada por el gran pintor y así que aparecieron sus famosos retratos: “La Condesa Chinchón”,” la Maja Vestida” y “La Maja Desnuda”, las cuales, según los rumores de la época, representaban a la Duquesa de Alba, con quien además Goya habría mantenido un sonado amorío.
En el año 1792enfermó gravemente y aunque superó la enfermedad, está le dejo como secuela una grave sordera que provocó que poco a poco se fuese aislando y dejó salir un nuevo Goya, escéptico, sarcástico, atormentado y con un carácter cada vez más agrio.
Comienza a realizar una serie de grabados que representan una implacable crítica a la sociedad civil y religiosa de su tiempo. La serie de 82 aguafuertes, conocido como “Los Caprichos” son la más fiel expresión de ello.                                                                                                                                            Al final de esta etapa comienza a experimentar con la gama de los grises.
La segunda etapa abarca desde los años 1808 hasta 1824. Son los años marcados por la sordera y la guerra que le tocó vivir; por lo que es una época de sufrimiento. Goya era un liberal, un admirador de la Revolución Francesa y ahora observa como su admirada Francia, se impone a sus compatriotas mediante la brutalidad de las armas. Es el momento en el que recorre los escenarios de las batallas y realiza los dibujos que le van a servir para realizar una serie de grabados “Los Desastres de la Guerra”, “La carga de los Mamelucos” y “Los fusilamientos del 3 de Mayo”. Tras la restauración de Fernando VII en 1814; el pintor olvidado por la sociedad y el monarca, alquila una casa “la quinta del sordo”  lugar en el que en sus paredes realiza las “pinturas negras”; 14 murales de enormes dimensiones, en los cuales predominaban los colores marrón, gris y negro y las temáticas oscilaban entre lo macabro y el terror.
El epílogo llega en el año 1824, cuando abandona España tras la imposición del Antiguo Régimen y se exilia voluntariamente en Burdeos donde fallece. En estos últimos momentos su paleta se aclara de nuevo con colores vivos y una temática alegre que podemos observar en su cuadro “La lechera de Burdeos”
Se encuentra en el museo del prado, está realizada sobre un lienzo utilizando la técnica del óleo. Sus medidas son 268 cm. por 347 cm.

El tema que Goya plasma en el cuadro son los acontecimientos ocurridos en 1808 por lo que es una pintura histórica. Napoleón había invadido España y la casa real tenía que seguir sus órdenes. El 2 de mayo de 1808 el pueblo madrileño intento evitar la salida del infante Don Francisco hacia Francia. Se descontrolo y las tropas francesas dispararon contra el pueblo madrileño, esto es conocido como los levantamientos del 2 de mayo.  El estallido de la guerra  de independencia en mayo de 1808 supuso un gran conflicto interno para Goya, ya que su ideología liberal le acerca a los afrancesados mientras que su patriotismo lo atrae hacia los que están luchando contra los franceses. Por ello en el cuadro se puede apreciar una visión patriótica del 3 de mayo. Goya lo realizo con posterioridad y plasma cómo pudo ser el episodio tan violento y  cruel en el cual muestra su oposición contraria a esos hechos y da una lección contra la irracionalidad del ser humano.
Este cuadro se confunde y llama "Los fusilamientos del 2 de mayo" y esta confusión se debe a que los acontecimientos que se recogen en la imagen sucedieron entre la noche del dos de mayo y la madrugada del tres. Y además  esta obra se creó junto a otra llamada " La carga de los mamelucos" que esta sí que muestra lo sucedido el  2 de mayo.
En el cuadro se muestra un protagonista absoluto de esta obra es el pueblo, no están representados de forma personal, es el pueblo anónimo el héroe colectivo. Se puede clasificar dos grandes grupos de personas:
El grupo de hombres de la izquierda presenta espontaneidad y desorganización; se enfrentan horrorizados a un pelotón de fusilamiento bien pertrechado, perfectamente alineado y organizado. Sin embargo Goya no  pintó el rostro de ninguno; los franceses sin rostro no son nadie, tan solo una máquina de guerra delimitada por una negra pincelada que contrasta con el otro grupo.

Dentro del grupo de victimas se forman otros tres grupos muy  definidos, los que están a la espera de ser fusilados y que ven con horror su futuro, los que están siendo fusilados y los muertos. Los grupos se ven de derecha a izquierda, lo que introduce un elemento de transcurso del tiempo en la composición.
Dentro del grupo que ya ha sido fusilado, un hombre cuyo cuerpo yace en el suelo con los brazos extendidos presagia el destino de los rebeldes que aún permanecen en pie. El siguiente personaje que va a ser fusilado, ocupa el centro de la composición, y resalta del resto de los personajes. Posee los brazos extendidos hacia arriba, esto nos recuerda a un crucificado, y si nos fijamos bien en sus manos se observan estigmas en las palmas. Con este detalle Goya pretende hacer ver que el asesinato de indefensos es una realidad que se repite una y otra vez, no solo en esta guerra, sino de todas las formas de crueldad.
La composición posee una profundidad con líneas diagonales, la que forma la montaña del príncipe Pío y otra la del pelotón de fusilamiento. También tenemos líneas ondulantes de brazos y sables y las horizontales de los fusiles que dan a la escena un intenso dramatismo. Goya compuso este lienzo de modo que el espectador se viese obligado a contemplar la escena desde la posición de los soldados; de este modo el espectador capta la angustia y el miedo.
Como se puede apreciar desaparece el dibujo, predominando las rápidas y gruesas pinceladas así como grandes manchas.

En cuanto al color Goya utiliza una paleta de tonos oscuros como el negro, color primario que simboliza la muerte; y los grises y algún toque verde, colores secundarios. También predomina la gama cromática de los colores cálidos que forman los ocres, marrones y el color amarillo anaranjado de los pantalones que simboliza la muerte; estos son colores secundarios y el rojo de la sangre, color primario. Los colores oscuros contrastan con el blanco (color primario) de la camisa del hombre que alza las manos. Podríamos decir de esta composición que sigue un "crescendo" cromático que va desde el blanco de la camisa del civil, hasta el negro de algunas vestimentas de los soldados. Estilísticamente, no podemos olvidar aquí el peso de la escuela tenebrista, que sin duda debió influir en Goya. Así, figuras como Ribalta o Ribera, que tanto arraigo tuvieron en España.

Respecto al tratamiento de la luz es bastante peculiar; predomina un fuerte contraste entre la oscuridad predominante en el fondo del cuadro y la parte de nuestra derecha compuesta por los soldados franceses que se quedan en penumbra,  frente a la luz que proviene de la camisa blanca,  los pantalones amarillos y el farol que ilumina a la gran masa de españoles, para darles importancia por su lucha y entrega.

Este cuadro transmite una gran sensación de horror, auténtico dramatismo, angustia y miedo reflejada en los rostros de todas las personas representadas y que nos sirve para hacernos una idea de la dureza y violencia que caracterizo esta guerra.

Esta  es una ilustre obra en la Historia del Arte, ya que no sólo simbolizó para muchos el coraje y la lucha del español ante las invasiones ajenas, también supuso un importante manantial de inspiración para pintores como Monet, con su Fusilamiento del emperador de México, o El fusilamiento de Corea de Picasso (1950), donde una vez más se vuelve a evidenciar la influencia de Goya.

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