lunes, 10 de marzo de 2014

El baldaquino de San Pedro del Vaticano



El baldaquino de San Pedro del Vaticano fue realizado por Bernini entre 1624 y 1633. Gian Lorenzo Bernini, arquitecto, escultor y pintor italiano, nació en Nápoles en 1598 y murió en Roma en 1680. Se formó en el taller de su padre Pietro, escultor manierista, y se enriqueció con el estudio de las obras más importantes del Cinquecento italiano.
En sus obras más tempranas (Eneas, Anquises y Ascanio, El rapto de Proserpina) resultan ya evidentes la ruptura con el manierismo tardío y una concepción radicalmente distinta de la escultura; el intenso dramatismo, la grandiosidad y la búsqueda de efectos escenográficos están ya presentes en estas primeras creaciones.
Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el papa Urbano VIII y desde entonces hasta su muerte trabajó para los sumos pontífices.
Su mejor aportación a la basílica de San Pedro fue la columnata que rodea la plaza, justo delante del templo.
Aunque en menor medida, Bernini trabajó también para mecenas privados, y fruto de esa colaboración es la obra quizá más representativa de su estilo escultórico, el Éxtasis de santa Teresa.
Bernini fue el gran genio del barroco italiano y el mayor representante del catolicismo triunfante del periodo que siguió a la Contrarreforma católica. Sus cualidades personales hicieron de él un líder, que sirvió a ocho papas, varios monarcas e innumerables cardenales y príncipes, con un éxito casi ininterrumpido. Las creaciones de Bernini representan la culminación de las aspiraciones religiosas, políticas y humanas de su época, con una técnica prodigiosa y una imaginación desbordante.

La obra fue encargada por Urbano VIII (Papa de la Iglesia católica entre 1623 y 1644) con una doble finalidad, por una parte para resaltar el altar así como el lugar donde se encuentra enterrado San Pedro, y por otro lado hay que ver en este monumento una exaltación del poder papal así como del propio Urbano VIII y de los Barberini, familia a la que pertenecía.
Se construyó en un momento en el que el cristianismo se había dividido y el protestantismo denunciaba la autoridad papal como un poder meramente terrenal, la Iglesia Católica ve en el nuevo estilo artístico una posibilidad de hacer propaganda de todos los dogmas rechazados por los protestantes y reivindicar el poder del Papa como un poder legítimo otorgado directamente por Cristo a través de San Pedro, considerado el primer pontífice y sobre cuya tumba se levanta el monumento.

El baldaquino se encuentra en el interior de la basílica de San Pedro del Vaticano, mas concretamente en el crucero de la basílica sobre el lugar en el que se supone que se encuentra la tumba del apóstol San Pedro y bajo la gran cúpula de Miguel Ángel.

Un baldaquino o baldaquín se define como una especie de templete formado por cuatro columnas que sostienen una cúpula o dosel plano y destinado a cobijar el altar cuando tiene posición aislada.

El baldaquino fue realizado en bronce (sacado del panteón de Agripa) negro, dorado y mármol para la base. Mide 28 metros. No tiene ninguna función pero si da un gran simbolismo. Fue la primera obra de Bernini.
En la base de cada columna encontramos un escudo pontificio de la familia Borghese.
Los 5 órdenes de arquitectura de Vignola publicada en 1562 explican como realizar la columna salomónica. Estas columnas se utilizan en arquitectura y escultura.
Recibe el nombre de columna salomónica por la creencia de que estas columnas estaban levantadas en el templo de Jerusalén mandadas por el rey Salomón. Tienen un fuste helicoidal decorado con anillas y envueltas de hojarasca (elemento importante en el Barroco) con elementos vegetales. Las columnas se rematan con un orden compuesto.
Estas columnas arrasaron en todo el continente, ya que representaban el dinamismo del Barroco.
Sobre las columnas destaca un entablamento con volutas pergaminadas creando un juego cóncavo y convexo lo que da un gran dinamismo, también parten unas volutas ascendentes que se unen para rematar en una bola del mundo dorada sobre la que se asienta una cruz. Esta cruz simboliza a la iglesia Universal.
Los cortinajes dan símbolo de espectáculo y teatro. Están decorados con abejas de los Barberini.
En las cuatro esquinas encontramos ángeles. Sobre los doseles tenemos esculturas de niños  que portan los atributos del poder papal.
Por último tenemos en el techo del baldaquino el espíritu santo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario