sábado, 15 de marzo de 2014

Martirio de San Felipe

Martirio de San Felipe 

El autor de este lienzo de tema religioso pintado al óleo en 1939 es José de Ribera nacido en Játiva (Valencia) en 1591. Debido a su procedencia española en Italia se dió a conocer por "El Español", sobrenombre que derivará, debido a su pequeña estatura, en "El Españoleto". Se caracteriza por ser el máximo exponente de la Escuela tenebrista dentro del Barroco español. Sus padres Simón Ribera y Margarita Cuco formaban una humilde familia; concretamente, Simón era zapatero. En el seno del matrimonio nacieron dos hijos más, llamados Vicente Miguel y Juan. En el año 1597 su padre Simón Ribera enviudó y volvió a contraer matrimonio.
José de Ribera fue un pintor y grabador español del siglo XVII, que desarrolló toda su carrera en Italia, país donde vivió muchos años; allí estuvo muy influenciado por Caravaggio, Tiziano, Veronés, Rembrandt y otros pintores renacentistas. En Nápoles contrajo matrimonio con Catalina Azzorino y tuvieron cinco hijos. Respecto a su pintura se observa que poco a poco se fue alejando de los violentos contrastes tenebristas, cada vez era más clara y luminosa.
Esta obra pictórica de su segunda etapa pictórica (ya que este tuvo varias etapas) pertenece a la escuela española del siglo XVII, en la que destacan los fondos luminosos, las tonalidades claras y el dominio de la diagonal en la composición. El cromatismo se aleja de los tonos terrosos propios del barroco español, acercándose más a la influencia veneciana. Por ello sus cuadros adquieren luminosidad y color. En los últimos años recuperó el tenebrismo de su juventud. Y A la muerte de su esposa, envejecido, vuelve a ennegrecer sus fondos, borra el paisaje luminoso. Sus personajes surgen de la oscura noche o parecen volver a ella.
El tema  de la obra es el martirio de San Felipe, es un tema religioso católico donde se  muestra a San Felipe en el momento de su ejecución. En el lienzo se representa a Felipe de Betsaida, uno de los apóstoles de Jesús, según cuentan las sagradas escrituras, Felipe era un seguidor de Juan el Bautista y estaba con él cuando Juan señalo a Jesús como hijo de Dios. Fue martirizado y crucificado en Hierápolis, pero atado con cuerdas y no con clavos como a Jesucristo. Ribera representa el cuadro en un momento de sufrimiento contenido como se puede apreciar en el rostro del mártir. Esta obra ha dado lugar a confusiones como la creencia de que el protagonista fue San Bartolomé en lugar de San Felipe, lo cual fue rechazado y aclarado ya que era imposible que se tratara de San Bartolomé porque en la escena no está representado el cuchillo con el que fue degollado y se asigna a San Felipe ya que este fue crucificado con cuerdas no con clavos.
En el óleo podemos observar  distintas figuras que expresan y simbolizan cosas diferentes. A la derecha hay un grupo de personas que curiosean la escena y parece que la comentan. A la izquierda por el contrario las personas que aparecen están ajenas a lo que sucede; en este grupo hay una mujer que sostiene en sus brazos un niño pequeño y que mira hacia el espectador, poniendo el contrapunto tierno y delicado a la crueldad que domina el resto de la escena. Algunos críticos han querido ver en esta figura una alegoría de la Caridad cristiana. La obra está Firmada y fechado sobre la piedra, en el ángulo inferior derecho.
Por su técnica y situación se trata de un cuadro pintado al óleo sobre lienzo cuyas medidas son       234cm x 234cm.
La composición gira entorno a dos diagonales, una va desde la mano derecha del santo hasta el pie izquierdo del mismo y la otra va desde las las figuras que se ven a nuestra derecha hasta el pie de uno de  los que le elevan al santo. Todo ello se contrasta con la verticalidad del palo de la cruz y de las cuerdas. También se aprecia la línea quebrada formada en el cuerpo del santo; y más arriba se observa que el espacio cerrado formado entre los brazos del santo y la barra de elevación forman un triángulo; a su vez esta barra presenta horizontalidad.
En cuanto  al dibujo se observa que no está definido o minucioso.
Respecto a los colores destacan por contraste el rojo del ropaje de uno de los verdugos que es un color cálido con el azul del cielo que es un color frío; ambos colores son primarios. A su vez predominan el marrón, verde, gris y amarillo en tonalidades oscuras; todos estos colores son fríos y secundarios.
En cuanto a la luz podemos decir que proviene del exterior, es natural, e influye sobre todo en el pecho de San Felipe. También se puede apreciar rasgos derivados del tenebrismo de Caravaggio en la parte derecha del mártir y rasgos de las pinturas venecianas en la luminosidad de los rostros de las personas. Estos colores y luz remarcan y agudizan la angustia y el dramatismo ante el martirio.
Por otra parte podemos observar que el autor consiguió dar realismo mostrando diversas calidades de superficies y texturas como la madera de la cruz, el pelo, las cuerdas, la piel de los personajes y los músculos de los verdugos que reflejan el esfuerzo físico en brazos y piernas ya que están alzando al Santo. Todo esto se consigue gracias a la pincelada suelta.
Este lienzo da al espectador una sensación clara de realismo, emoción y teatralidad, que están presentes en gran parte de las obras de José Ribera y propias de esta época, el barroco.
* Medallón dedicado al pintor José de Ribera en la fachada del Museo del Prado. Madrid. Medallón esculpido por Ramón Barba en 1830.

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