viernes, 14 de marzo de 2014

La sagrada familia del pajarito


Esta obra fue realizada hacia 1650 con una medida de 144 x 188 cm. su nombre completo es la Sagrada Familia del pajarito, debe este nombre al pajarito que el niño esta mostrando con la mano derecha al perro que se encuentra a sus pies. Es una pintura realizada en óleo sobre lienzo y responde a la técnica tenebrista del Barroco.
A pesar de ser una escena, en apariencia, familiar y cotidiana, en realidad se trata de un tema religioso y los personajes que aparecen son la Virgen María, San José y el Niño Jesús. Es un canto a la vida domestica y al trabajo representado por el banco de carpintería de San José y el costurero de la Virgen.

Nunca antes San José había tenido tanta importancia en el arte pero con la Contrarreforma que se dio en el Barroco, la devoción a este creció ya que se le consideraba la personificación de la generosidad. Al principio se pensaba que no había influenciado en la educación del niño Jesús aunque a medida que pasaba el tiempo se le consideraba más importante.

El autor de este cuadro es Bartolomé Esteban Murillo (1617- 1682) nació en Sevilla, era el menor de 14 hermanos y eligió el sobrenombre de Murillo por el apellido de su madre. Evolucionó hacia formas propias llegando a anticipar el rococó en algunas de sus obras como La Inmaculada Concepción o el Buen Pastor. En 1660, tras su estancia en Madrid, funda la escuela Sevillana junto con Francisco de Herrera. Sus obras estaban condicionadas por la clientela que era en su mayoría eclesiástica por eso su principal tema es el religioso.

Centrándonos en la obra, se puede ver a La Virgen María que hace un alto en sus tareas (que eran hilar y tejer) para comer una manzana y contemplar a su marido, San José y su hijo, el Niño Jesús. Este se encuentra apoyado en los brazos de su padre mostrando una escena tierna entre padre e hijo. A San José se le muestra como un padre vigilante, solícito y protector, junto con el niño, es el protagonista de la obra. Nada aparece como divino o celestial, es una escena familiar, representando lo cotidiano (cómo será característico en la obra de Murillo).

Respecto a su composición se puede observar un triángulo en el centro de la imagen formado por San José, el niño Jesús y el perro que se encuentra en el suelo, a los pies de ambos. Estos tres personajes también forman una línea diagonal formada por sus miradas entrecruzadas. La Virgen se encuentra en un segundo plano colocando así como personajes principales a San José y al Niño, lo que aporta profundidad al cuadro.

El movimiento viene marcado por la rueca que esta hilando la Virgen ya que su hilo se encuentra en movimiento.

Como es característico en el Barroco, se puede apreciar un contraste entre colores claros y oscuros. El fondo de la habitación representada es oscuro y neutro lo que hace que los rostros de los personajes destaquen más. Tiene una tonalidad oscura donde destacan la tela que San José tiene sobre sus piernas que es de color oro cálido y el blanco de la ropa del niño Jesús y del perro que es un color frío.
La luz proviene de un foco situado a la izquierda del cuadro que ilumina frontalmente al niño y al perrito y los rostros de San José y de la Virgen pero deja en penumbra el fondo.

Cabe destacar que en este cuadro los detalles son también muy importantes como el cesto de labor de la Virgen, los pliegues en el manto de José, el gesto delicado del perrito, el banco de herramientas de José con la sierra de mano, etc.


Esta obra ha estado documentada en varias colecciones como la de Napoleón pero finalmente ingresó en el Museo del Parado, donde se encuentra ahora, en 1819. En ella se pueden ver algunas influencias de autores como Rafael y constituye una cuna entre el Barroco y el Rococó.

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