miércoles, 7 de mayo de 2014

LOS BURGUESES DE CALAIS


Este conjunto escultórico fue realizado por Auguste Rodin en el siglo XIX, siglo caracterizado por la gran cantidad de cambios que tuvieron lugar, tanto en el ámbito político, con el Estado liberal, en el ámbito social, con la nueva sociedad formado por clases en función del poder adquisitivo, y en el ámbito económico con el capitalismo y las revoluciones industriales. A pesar de todo esto, el cambio fundamental se dio en la ideología de la sociedad que, al contrario del siglo anterior, ahora está en contra de la razón y del academicismo. De esta manera, este cambio generalizado influyo notablemente en el arte, dándose una sucesión de “ismos” como el Impresionismo, estilo en el que se encuentra esta obra. Este movimiento fue fundamentalmente pictórico, aunque algunos maestros como el autor de esta obra, supieron introducirlo en la escultura mediante juegos lumínicos.

Refiriéndonos al autor, Auguste Rodin constituye la unión del siglo XIX y XX. Procedente de una familia humilde asistió a la Escuela Imperial aprendiendo a dibujar de memoria y a modelar. Trabajó en el Palacio de Napoleón III como adornista e intentó acceder a la Escuela de Bellas Artes, pero sin éxito. Su primera obra fue El fundador Padre Eymart, que es un busto.

Tras dos viajes, a Bruselas y a Italia, se inspiró en el arte antiguo y en los grandes genios del Renacimiento italiano como Miguel Ángel, oponiéndose al academicismo. A partir de entonces realizó su “Edad de Bronce”.

Le encargaron la “Puerta del Infierno” para la cual se inspiró en Ghiberti, y realizó otras obras como “El pensador”, “El beso” y “La catedral”, donde hay una clara intención de deformar y convertir las figuras en abstractas.

Centrándonos en Los Burgueses de Calais, fue un encargo que el Ayuntamiento de esta ciudad, Calais, le hizo a Rodin en 1884 para levantar un monumento en conmemoración de un suceso histórico y heroico acontecido en la Guerra de los Cien Años, donde se enfrentaron Inglaterra y Francia (siglo XIV).

En 1347, Eduardo III, soberano inglés, se disputó el trono con Felipe IV, y sitió la ciudad de Calais, en Francia. El rey inglés solo estaba dispuesto a aceptar la rendición de los habitantes de esta ciudad si seis vecinos partían hacia el campamento enemigo con las llaves de la misma en señal de sumisión. Éste es el momento exacto representado en este conjunto escultórico. Los seis burgueses aparecen esculpidos con un gran dramatismo y realismo, y se encuentran descalzos, sin más abrigo que una camisa, llevando la soga de los ahorcados al cuello. Aun así no llegaron a morir debido a que fueron perdonados a petición de la reina, esposa de Eduardo III.

Los personajes representados son Eustache de Saint Pierre, el más anciano y el primero en salir voluntario para presentarse ante el monarca inglés; Jean d’Aire portador de las llaves de la ciudad; Antrieu d’Andres con las manos en la cabeza, representando la desesperación; Pierre de Wissant quien vuelve la cabeza hacia atrás; Jacques de Wissant decidido hacia su destino y Jean de Fiennes con los brazos abiertos, simbolizando el sacrificio de la juventud.

Atendiendo a los aspectos técnicos, el conjunto escultórico mide 231 cm ya que sus figuras aparecen de pie, está realizado en bronce y es exento de bulto redondo. Tras el estudio, la elaboración de múltiples maquetas y esbozos en terracota y en yeso, fue terminado en 1895, año en que también se inauguró en la Plaza Richelieu en Calais, una vez que Rodin estuvo satisfecho. Las seis figuras, colocadas primero en un pedestal, fueron situadas a petición del autor en una peana triangular, casi a la altura del espectador.

Ninguno de los personajes es igual a otro, todos presentan individualidad, cobrando además mucha importancia no solo las propias figuras, sino el espacio vacío que queda entre ellas. Todas rompen con la frontalidad y presentan numerosos escorzos, tanto en brazos como en piernas. Los seis hombres están a una misma altura por lo que podemos hablar de isocefalia. No hay una composición clara pues, como ya hemos dicho, el grupo escultórico es una suma       de individualidades.

La escultura, presentada con gran naturalidad y sencillez, muestra mucha minuciosidad en los ropajes, de aspecto rugoso y con gran cantidad de pliegues, que crean efectos de luz y sombra típicos del Impresionismo.

En cuanto a la expresión de los burgueses, los rostros también individualizados, presentan mucha seriedad a causa del momento, además de que son rostros muy realistas y hay un tratamiento psicológico que huye del idealismo, intentando plasmar la realidad tal y como es. También se aprecia en los personajes el deterioro físico y anímico en la anatomía, anunciando las deformaciones del Expresionismo, las cuales se ven en las desproporciones de las manos y los pies, que son demasiado grandes con respecto al resto del cuerpo. Las figuras, en su mayoría, aparecen caminando y en movimiento, pues, para Rodin, la esencia de la belleza estaba en la vida, y su más alta expresión en arte era la figura humana, realizándose a sí misma a través de la acción, aunque fuera simplemente caminando.

La obra, tras haber sido guardada en 1924, fue dañada durante la Primera Guerra Mundial y trasladada a la Plaza de Armas delante del Ayuntamiento, tal y como Rodin quería al principio.

Además, al estar realizada en bronce, gracias a la técnica del vaciado, existen varias copias a partir del modelo original, que están repartidas por diferentes lugares. Entre ellos destaca Victoria Tower Gardens (junto al Parlamento de Londres), los jardines del Museo Rodin de Paris, o el Metropolitan Museum de Nueva York, además de copias en Filadelfia, California, Washington, Jerusalén, Camberra, Tokyo o Seúl.

Citas:                                                                        

 “Mi liberación del academicismo la debo a Miguel Ángel, quien habiéndome mostrado reglas diametralmente opuestas a las que me habían enseñado, me liberó”

“¿Cómo? ¿Qué las cabezas deben formar una pirámide en lugar del cubo, de la horizontal? ¡Pero si eso es pura y simplemente la Academia imponiéndome sus dogmas!”

 

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